lunes, 30 de noviembre de 2015

Francia 3 (2015) Los volcanes dormidos de Auvernia

Dcha: Puy des Goules (1146 m) C.M. Aguilar Gómez.
Junto a la ciudad de Clermont-Ferrand se encuentra uno de los paisajes más inesperados de Francia. Inesperado porque uno piensa que eso de visitar volcanes queda para remotas islas oceánicas o cordilleras geológicamente recientes como suceden en los volcanes de Los Andes o Centroamérica. Sin embargo, en el norte del macizo central francés también hay volcanes. Eso sí, su momento ya pasó. Su última actividad fue hace unos 10.000 años. El origen de esa inestabilidad hay que buscarlo en la colisión de las placas tectónicas Euroasiática y Africana que contactaron hace 40 millones de años. Hoy en día los restos de los últimos volcanes surgidos en aquel evento pueden versen en la llamada cadena de Puys que se eleva sobre la llanura de Dômes, al sur de Clermont-Ferrand.



Puy de Montchal (1194 m). Foto: C.M. Aguilar Gómez.
La cadena de Puys se encuentra dentro del Parque Natural de Auvernia, el parque regional más grande de Francia. Los volcanes surgen a lo largo de un alineamiento de unos 30 kilómetros de largo por 4 de ancho. Allí se han identificado más de 80 relieves con origen  volcánico. El parque tiene una superficie mucho mayor, pero es en esa zona donde se concentran las formas más reconocibles. Hoy en día la mayoría de los relieves se encuentran cubiertos de densos bosques o pastizales. El clima húmedo ha permitido que la vegetación se haya desarrollado en los últimos miles de años y sobre las antiguas cenizas se ha formado ya un suelo fértil.




Ladera del Puy Pariou (1209 m). C.M. Aguilar Gómez.
No obstante, en las zonas altas a veces se trata de un suelo frágil. Así no es raro que, en algunos tramos de los itinerarios senderistas más transitados como los del Puy Pariou, el sendero se tengan que hacer sobre plataformas de madera para proteger al suelo de la erosión de las pisadas. Los volcanes dormidos de la Auvernia tienen alturas modestas. Su altitud va poco más de los mil metros, pero lo más singular de esta cadena es la existencia de diferentes tipologías de volcanes. Hay dos tipos de relieves donde se ve muy bien este origen tan diferente, son el Puy Pariou (1209 m) y el Puy de Dôme (1465 m). Afortunadamente, uno está al lado del otro.




Puys Pariou y Dôme. Foto: Frantisek Zvardon
El Puy Pariou es quizás el volcán cuya forma encontramos más reconocible, la de un relieve donde se ve claramente un cráter. Se trata de un volcán de tipo estromboliano, término que hace referencia a erupciones similares al volcán Stromboli (Italia). En este tipo de volcanes las erupciones son regulares, efusivas y con proyecciones de escoria. En estos volcanes la lava es muy líquida y se forma un cráter típico con un cono simple de escorias. Al Puy Pariou se puede acceder fácilmente por un sendero hasta colocarte sobre el borde del antiguo cráter. Incluso bajar a su interior herboso donde pastan hoy los rebaños de ovejas.




Puy de Dôme saliendo de la niebla. C.M. Aguilar Gómez.
El Puy de Dôme es bien distinto. Se trata de un volcán peleano, cuyo nombre hace referencia a que el tipo de erupciones fue similar al del volcán Pelée de Martinica en las Antillas francesas. En este relieve ya no hay cráter. La solidificación de su lava pastosa dio lugar a un domo masivo sobre el orificio de salida. Así es como ese volcán ha logrado destacar sobre el resto, un extraño monte visible desde cualquier lugar del entorno. Hoy en día tiene una gran antena de teledifusión de 73 metros colocada en los años 50, pero ya antes fue bien llamativo en la región. Los romanos lo conocían bien. Pero eso queda para la siguiente entrada.

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