domingo, 15 de marzo de 2015

Brasil 5 (2014) Las yubartas del Atlántico

Yubarta Megaptera novaeangliae C.M. Aguilar Gómez.
Uno de los atractivos de la Costa de Coqueiros está en el mar. Sus extensos arenales son el lugar de nidificación para varias especies de tortugas marinas. Cuando nosotros estuvimos no eran fechas buenas para tortugas, pero sí para otro acontecimiento del calendario natural costero, la llegada de las ballenas yubartas (Megaptera novaeangliae). Aunque se trata de un cetáceo presente en todos los océanos, hasta hace unas décadas ver yubartas en esta costa era poco menos que imposible. La caza casi llegó a extinguir esta población. En 1987, en las aguas del extremo sur de Bahía, se encontró una pequeña población de yubartas que había aguantado la intensa persecución. 




Embarcados hacia las yurbartas. C.M. Aguilar Gómez.
La prohibición de la caza comercial, y los primeros trabajos de conservación, propiciaron un lenta recuperación de la población.  Se ha estimado que ha crecido a un ritmo anual del 7%. Pronto las yubartas comenzaron a verse también al norte del estado de Bahía donde habían estado presentes históricamente. La información recogida de esta población es bastante rigurosa ya que los censos se realizan con sobrevuelos de avionetas y, desde el 2005, con una periodicidad de tres años, abarcando un amplia área costera. Las estimas de 2008 indicaron una población cercana a los 9000 individuos en las costas brasileñas.




Primeros soplos en el horizonte. C.M. Aguilar Gómez.
Para su estudio existe una institución llamada Instituto Baleia Yubarta con una de sus sedes en Praia da Forte. El Instituto trabaja en investigación, divulgación y conservación. Gracias a su esfuerzo se sabe que estas ballenas vienen a las aguas brasileñas a reproducirse desde sus áreas de alimentación, a unos 4500 kilómetros, situadas en aguas polares en torno a las Islas Georgias del Sur. Allí se alimentan básicamente de krill (Euphasia superba) y durante la reproducción en Brasil viven de las reservas acumuladas en forma de grasa. Pero en aquellas islas operó desde 1904 una estación ballenera. Mientras estuvo en funcionamiento se ha estimado que fueron cazadas más de 27.000 ballenas de diferentes especies.



Dos lomos de yubarta . Foto: C.M. Aguilar Gómez.
Aquella explotación fue la principal causa del declive de las yubartas brasileñas. Hoy en día la costa de Coqueiros es un buen lugar para salir a ver yubartas. En ella la plataforma continental se estrecha y ello facilita llegar en barco a las zonas que frecuentan. Desde Praia da Forte me embarqué, a través del Instituto Baleia Yubarta, en las salidas que hacen a unas 25 millas de la costa. Todo el proceso interpretativo previo a la visita me pareció excepcional, en contacto directo con algunos de los investigaciones que luego, además, van también en el barco tomando datos. En nuestro caso eran tres “pesquisadoras” biólogas, el nombre brasileño para los investigadores (pesquisa=investigación).



Yubarta calando hacia el fondo. C.M. Aguilar Gómez.
Como en la costa arenosa no hay puerto, ya solo el hecho de montar en la embarcación con el fuerte oleaje fue toda una odisea. Con la ayuda de una zodiac fuimos accediendo en pequeños grupos y encaramándonos como pudimos al barco. El trayecto a la busca de ballenas fue una navegación tremendamente agitada. No pocos echaron sus opíparos desayunos de hotel a pesar de la obligatoriedad de tomar biodramina. Yo, no se cómo, pero libré. A pesar del agitado día tuvimos suerte y, tras un primer contacto con un ejemplar solitario, dimos con un grupo que observamos a placer. Gigantes que llegan a pesar hasta 40 toneladas, todo un espectáculo marino.

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