lunes, 17 de noviembre de 2014

Las náyades del río Ebro


Anodonta izqa, Potomida dcha arriba, Unio abajo
Por enésima vez he vuelto a revisar caparazones de náyades depositadas en las orillas del río Ebro y nuevamente solo he hallado las tres especies habituales: Potomida littoralis, Unio mancus y Anodonta anatina. No pierdo la esperanza de poder encontrar Margaritifera auricularia, el amenazado bivalvo del río Ebro que a día de hoy solo se encuentra en unas pocas localidades de la cuenca. Las náyades del Ebro son unas grandes desconocidas entre la gente, muchos se sorprenden al saber que forman parte nuestra fauna autóctona, su vida bajo el agua no facilita su visibilidad. El nombre de náyades les viene de las ninfas que guardaban las corrientes de agua en la mitología griega. En el tramo riojano del Ebro se han encontrado tres especies autóctonas.

Hábitat en el Ebro con 3 náyades. C.M. Aguilar Gómez.
La más grande de nuestras náyades puede llegar a unos 20 cm que ya es un tamaño bastante considerable, y se trata de Anodonta. Se la denominó inicialmente A. cygnea aunque tras una revisión reciente se ha catalogado como Anodonta anatina. Se trata de una náyade de concha frágil cuando está seca, así que en los aluviones del río lo habitual es encontrarla rota o agrietada. Por esa parte no se confunde con una Margaritifera auricularia que es compacta. En cuanto a los dientes de la charnela, algo característico en la identificación, Anodonta no los tiene, tal y como sugiere la traducción del género en latín “sin dientes”. Las náyades viven enterradas en los fondos del río, especialmente en tramos con limo donde viven de filtrar agua.



Unio mancus y náyade fósil "relleno" C.M. Aguilar Gómez
Desde el punto de vista evolutivo son especies muy antiguas con origen en el Devónico (más de 300 millones de años) de acuerdo al registro fósil. Uno de los fósiles que guardo y que hallé en un recorrido en Ciudad Real, es del contenido de una náyade con una pátina de óxido rojo y un sorprendente parecido a las náyades actuales. El diseño funciona, no ha variado mucho en millones de años. Las otras dos especies habituales en este tramo del Ebro son Potomida littoralis y Unio mancus. La primera es una náyade compacta, con concha densa y un diente cardinal en la charnela derecha con forma piramidal y aserrado. Se trata de una náyade que se conserva bien en los aluviales del Ebro. 



Distribución M.auricularia en artículo Araujo 2009
Unio mancus es la tercera especie autóctona y se caracteriza por unos dientes en la charnela muy alargados. Cada vez que veo asomar alguna concha de náyade de los sedimentos del río albergo esperanzas de encontrar Margaritifera auricularia, una valva que el río pueda haber arrastrado de algún lugar escondido. Y es que al parecer se han hallado conchas viejas en prospecciones realizadas por Rafael Araujo en el Ebro, puntos aislados, y aunque probablemente la especie ya esté extinguida  siempre queda la esperanza. Margaritifera auricularia es importante por que ha desaparecido de gran parte de su área de distribución del Paleártico occidental. A día de hoy solo queda en unas pocas localidades en España y Francia.



Lodos repletos de náyades. César María Aguilar Gómez.
En España se ha encontrado en aguas del Ebro en Aragón, puntualmente en Navarra y también en Cataluña, aunque fundamentalmente en canales de riego como el Canal Imperial de Aragón y el de Tauste. En el cauce principal, que fue su hábitat original, casi ha desaparecido. Por ello hace unos años albergué alguna esperanza de hallarla al encontrar los depósitos de un antiguo dragado de un canal de riego en la localidad riojana de Calahorra. Los lodos sacados estaban repletos de conchas que el paso del tiempo y la lluvia habían limpiado y dejado a la vista. Había cientos de conchas. Buscamos, buscamos y buscamos, pero solo hallamos las tres especies. Habrá que seguir insistiendo aunque parece poco probable que aparezca, y menos ejemplares con vida.

7 comentarios:

  1. Hola César. En 2005 en el censo coordinado por Rafael Araujo -como comentas- salieron unas cuantas valvas de ejemplares muertos en la desembocadura del Najerilla. Fue una sensación meter la mano y tocarlas, pero luego al ver que eran todos ejemplares muertos, fue una decepción. La verdad que el Ebro, al igual que otros ríos riojanos está alteradísimo, con multitud de azudes y minicentrales, y no creo que favorezca la dinámica natural del río con sus aportes de sedimentos, entre otros grandes problemas.

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    1. Guau... así que tuviste contacto con las margaritonas riojanas, lo que dices una pena que no haya poblaciones vivas... la verdad es que yo tambien soy pesimista en cuanto a la presencia de la especie viva en este tramo pero, no se, cada vez que veo conchas saliendo del sedimento de las crecidas me entran esperanzas pero, nada como la cruda realidad, nunca son margaritona. Un saludo,

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  2. Buenas, me llamo Marco,
    Os animo en vuestra busqueda, pero las probabilidades de encontrar la Náyade auriculada con vida se desvanecen con cada día que pasa. Yo mismo tardé cuatro años en localizar una sola con vida, en un pequeño tramo de río similar al de la fotografía que muestras en la entrada, en un tramo de río catalán. http://centreinterpretacioaldover.blogspot.com.es/2014/09/naiade-auriculada.html

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    1. Hola Marco, enhorabuena por el hallazgo... qué esperanza y en un tramo de río natural, creo que buena parte de lo que encontrado hasta ahora era en canales mayormente. Yo por aquí ya solo aspiro a encontrar conchas de la población que existió, soy realista. Muy buenas las entradas de las náyades y todo el blog. Un saludo,

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    2. Aun hay esperanzas para Margaritifera auricularia en La Rioja... una buena noticia de hoy http://nuevecuatrouno.com/2017/08/24/prospecciones-tras-descubrimiento-nayades-tramo-medio-del-ebro-la-rioja/?utm_source=El+Tempranillo&utm_campaign=c7efe7f179-EMAIL_CAMPAIGN_2017_08_24&utm_medium=email&utm_term=0_9e6eba8a8b-c7efe7f179-124356617&ct=t(25_de_agosto_de_20178_24_2017)&goal=0_9e6eba8a8b-c7efe7f179-124356617

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  3. Antes de dedicarme a los pájaros accedí a una isla de arena y cantos rodados que el Ebro había dejado al bajar su nivel. Hablo de hace muchísimo tiempo. En la isla descubrí una cierta cantidad de conchas de "mejillones" muertos. Era nuevo para mi y creí que sería basura tirada al río por algún desaprensivo regente de pescadería o restaurante. Luego me enteré de la existencia de las náyades. No sabía que podía haber moluscos de agua dulce. Lo aprendí leyendo un artículo en una revista de la fundación Gorosti que compré mas tarde en Pamplona para saber donde se encontraba el Collado de Lindus, ya famoso por el paso de aves aunque desconocida para mi su situación geográfica. Entonces carecía de contactos. En fin, vaya rollo estoy metiendo. Pero las náyades me atraen por su misterio. Añado que con las aves comencé en 1.988. ¡O sea ...!
    Jesús Ucha.

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    1. Si es que eres un histórico, yo la primera vez que oí sobre las náyades fue pajareando en la laguna de Las Cañas, decían por allí que cuando se secaba la laguna se veían en el fango unos mejillones grandes y, como tú, pense en los restos de una paella arrojados al agua no en que eran una especie autóctona

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