domingo, 24 de junio de 2012

Concentración de alcotanes en Santurde

Alcotán (Falco subbuteo). Foto: C. Aguilar
No por conocido resulta menos curioso. Estoy acostumbrado a ver alcotanes de uno en uno o como mucho algunas parejas criando en algún chopo o almendro del valle del Ebro, no son escasos en La Rioja pero sí localizados. Sin embargo ver una concentración numerosa es más raro, aunque desde hace algún tiempo es habitual en una zona del valle del Oja. Las fechas son predecibles y el lugar también, así que es un espectáculo ver tanto bicho junto. Sebastián Lara que trabaja de guarda forestal en Ezcaray dice que los ve todos los años pero los demás ornitólogos de la región no habíamos oído hablar de ello hasta el año pasado. En aquella ocasión la gente del centro de recuperación de fauna La Fombera, Javier, Ignacio y Sandra se llevaron una buena sorpresa.



Alcotán (Falco subbuteo). Foto: C. Aguilar
Ante tamaño grupo de halcones oscuros volando juntos pronto pensaron en un grupo de halcones de Eleonor como los que a veces se ven por el interior peninsular. "El poder la de sugestión" tituló en su blog Ignacio Gámez la entrada a raíz de la observación de esas aves en mayo del 2011, ya que ellos tampoco conocían el fenómeno. La entrada en Tetraxrioja es muy recomendable, como todas las que escribe Ignacio por ahí. El caso es que este mes de mayo he estado por el sitio de paso y he podido disfrutar de esas observaciones de alcotanes a placer desde el mismo coche. El primero de los días, el 24 de mayo, pude ver poco más de una decena, pero el 28 de mayo habría cerca de 40 aves repartidas entre Santurde y Ojacastro. 


 

Zona entre Santurde y Ojacastro. César Aguilar
Se ven desde la misma carretera y llaman la atención sin mucho esfuerzo de búsqueda. Parece que se juntan ahí durante el mes de mayo para cazar insectos en el aire en rápidas pasadas y deben ser agrupaciones en paso prenupcial ya que no hay tantos nidificantes en el entorno. El lugar debe ser especialmente bueno para comer insectos en vuelo a juzgar por su número y la cantidad de tiempo que pasan en la zona. No nos queda claro que es lo que comen pero sea lo que sea debe ser muy abundante y localizado. A parte de esas aves, el último día que vi este grupo en la dehesa de Grañón ya había una pareja criando en un chopo. Desde luego son esas fechas una buena oportunidad para el que quiera ver esos pequeños halcones esquivos.

sábado, 16 de junio de 2012

Orquídeas en el Parque San Miguel 2

Abejera (Ophrys riojana) Foto: César MªAguilar
Al cabo de los días aparecieron hasta cuatro especies de abejeras. Además de las tres comentadas (O. sphegodes, O. speculum y O. apifera), pudimos ver una de gran interés por su distribución restringida. Se trataba de Ophrys riojana, una especie descrita en 1999 por un botánico local. La taxonomía del grupo de orquídeas al que pertenece esta última especie parece que es un tanto compleja y dado que son frecuentes los híbridos, es un taxón aceptado por muchos autores y discutido por otros. Aún así se la tiene por un endemismo del norte de la Península Ibérica solo citado en Cantabria, Burgos, La Rioja, Álava, Navarra y Aragón. En esta última comunidad incluso está incluida en el catalogo de especies amenazadas.



Himantoglossum hircinum Foto: César MªAguilar
Cuando ya creíamos que lo habíamos visto todo, aún aparecieron dos especies más de orquídeas, con lo que al final fueron un total de siete las que pudimos encontrar en un tramo tan pequeño del parque de San Miguel. Estas dos últimas fueron Himantoglossum hircinum y Anacamptis pyramidalis. La primera recuerda en cierto modo a las Aceras ya que tiene una estructura en espiga parecida, sin embargo son muy característicos los filamentos extremadamente largos que desarrollan los labelos de las flores. Al parecer el aroma que desprende es maloliente de ahí que tenga como nombre común orquídea hedionda. La última de las especies fue Anacamptis pyramidalis una con racimos de flores rosas con forma cónica, de ahí su nombre.



Anacamptis pyramidalis Foto: César MªAguilar
Durante los días que estuvieron floreciendo las orquídeas, vimos como el césped de los alrededores era cortado con segadoras. Hablamos con los jardineros y al comentarles la situación fueron retrasando la siega del talud. Pero al final iban a tener que cortarlas así que decidimos sacarlo en prensa, por la singularidad de lo encontrado y como forma de que se valorara. Afortunadamente eso fue mano de santo, ya que el talud ha permanecido sin segar hasta el día de hoy y hemos podido seguir viendo la floración. Un lujo en pleno Logroño que pude compartir especialmente con Gabriel Latorre y Ricardo Zaldívar, compañeros de la oficina y amigos con los que seguí la pista a esas orquídeas. El artículo en el periódico La Rioja podéis consultarlo en este enlace.

sábado, 9 de junio de 2012

Orquídeas en el Parque San Miguel 1

Abejera (Ophrys speculum). Foto: Ricardo Zaldívar
No hace falta irse muy lejos para disfrutar la naturaleza, los paisajes exóticos y las especies nuevas son eso, salidas de la rutina que nos hacen despertar la curiosidad en el tiempo de ocio. Pero esa curiosidad naturalista no puede quedarse dormida entre salida y salida o entre viaje y viaje, así que no está de más ir practicando y dejándose sorprender por lo más cercano, lo rutinario, lo de todos los días, donde también hay cosas por “descubrir”. Esto viene al caso porque hace unas semanas, la primera de quincena de mayo, pudimos comprobar como en el rutinario recorrido de media mañana de la oficina de Tragsa de Logroño a la cafetería donde solemos ir a desayunar había algo especial.





Aceras antropophorum Foto: César MªAguilar
En uno de los taludes de hierba del parque de San Miguel, expuesto a una avenida con cuatro carriles, estaban empezando a brotar unas rosetas de hojas raras en el césped. Las lluvias del mes de abril, el fuerte calor de mayo y una segadora que afortunadamente no controló la hierba a tiempo, nos permitieron disfrutar de varias especies de orquídeas durante varias semanas. Especies naturales poco llamativas para quien no mire atentamente, ya que en ellas predominaban los colores verdosos que las hacían discretas sobre el césped. Una de ellas era Aceras antropophorum o flor del hombre ahorcado en la que cada una de sus flores que aparecen en una espiga erecta tiene el aspecto de un hombrecillo colgado.




Abejera (Ophrys apifera). Foto: César MªAguilar
En la flor del hombre ahorcado la unión de tres sépalos da la forma de un casco o cabeza y bajo el sobresale un labelo largo y partido en cuatro partes con la apariencia de brazos y piernas como si fuera un monigote colgado. Pero si esas similitudes son más bien aleatorias, no ocurre lo mismo en las flores de otro grupo de orquídeas que encontramos, las abejeras. Las orquídeas abejeras presentan labelos complejos que imitan el abdomen de una abeja que funcionan como reclamo visual para que los machos lleguen allí a copular . Pero las abejeras no solo se valen de la imitación visual, también segregan aromas que imitan a las feromonas de las hembras de las abejas. Con esos reclamos los machos acuden a efectuar la cópula sobre ese labelo. 


 
Abejera (Ophrys sphegodes). Ricardo Zaldívar
Con el movimiento del intento de cópula,  una estructura que aglutina granos de polen en las orquídeas llamado polinio, queda pegado al dorso de la abeja. El macho lo llevará pegado a la espalda y cuando caiga en un nuevo engaño favorecerá la fecundación cruzada. La primera de las especies de abejeras que vimos en el talud del parque San Miguel fue Ophrys speculum que imita el abdomen irisado de la abeja con un gran realismo y que añade a la estructura múltiples filamentos a modo de pelillos. Luego aparecieron otras como Ophrys sphegodes y Ophrys apifera, esta última con unos sépalos rosas que la hacen algo más llamativa.

domingo, 3 de junio de 2012

Lanzarote 7 (2011) Un poco de mar Atlántico


Gobio (Mauligobius maderensis) C. Aguilar
Hace un par de años estuve buceando en Gran Canaria y me gustó tanto que esta vez metí las gafas y las aletas en el equipaje para, al menos, hacer snorkel en sus aguas. Solo tuve ocasión en la playa del Papagayo en el sur, ya que otro día que lo intenté en la playa de las Conchas en La Graciosa el mar estaba muy agitado. En el Papagayo repetí muchas de las especies más comunes que vi en el buceo con equipo en Gran Canaria, aunque solo las de aguas más superficiales. Entre ellas algunas de las más características de las islas como la vieja (Sparisoma cretense) un pez loro muy abundante, la fula negra (Abudefduf luridus), una especie de pez payaso también común, y la gallinita (Canthigaster capistrata) un pez globo que dicen que se infla tragando agua para aumentar su tamaño cuando se siente amenazado.



Camarón (Palaemon elegans). Foto César Aguilar
Otras especies que vi, pero que son comunes a otros sitios del Cantábrico y Mediterráneo, fueron los salmonetes (Mullus sp), varias formas de tordos (Shymphodus sp.) y espáridos como las obladas (Oblada melanura), las salpas (Sarpa salpa) o los sargos (Diplodus cervinus, D. sargus). Sin embargo no hubo suerte con los angelotes (Squatina squatina) una especie de tiburón bentónico con aspecto de raya que me habían dicho que era fácil de ver en El Papagayo. Al parecer hay épocas en que se acercan a las bahías de la costa para la reproducción, aunque las fechas debían ser tardes para verlos. Buscando en la zona intermareal uno de los crustáceos más habituales eran los camarones de charcos (Palaemon elegans).



Lisas (Familia Mugilidos) Foto César Aguilar
Esos camarones son de las pocas especies del grupo que tienen actividad diurna. Si uno coloca los pies en uno de los charcos comprobará como al cabo de un rato esos bichillos vienen a mordisquear y comer las células muertas y la roñas de los pies. Pero el sitio que encontré mejor para fotografiar desde fuera del agua algunas de las especies peces fue precisamente en unas piscinas naturales someras en el Charco del Palo. El sito se llena de agua con las mareas y allí van a bañarse un buen número de jubilados europeos nudistas con una colonia de vacaciones en la zona. El lugar es bueno para fotografiar peces ya que el agua está tranquila sin oleaje. En las pozas se quedan gobios, blenios y lisas en buen número que se ponen a tiro de cámara.



Barriguda (Parablennius parvicornis) C. Aguilar
Además toda la orilla, digámoslo así, está empedrada de modo que es muy cómodo ir de un sito a otro cámara y guía en mano tratando de identificar y fotografiar las distintas especies. Lo que es menos cómodo, es estar ahí apuntando con la cámara al agua con los jubilados desnudos en medio del agua. Suerte que cuando estuvimos apenas había algunos. De todos modos estos europeos entienden la afición naturalista y son poco pudorosos. Entre las especies que pude fotografiar estaba el abundante pez verde (Thalassoma pavo), una barriguda propia del este del Atlántico (Parablennius parvicornis), un gobio endémico de Macaronesia (Mauligobius maderensis) y grupo de lisas (Mugílidos) que sin cogerlas en mano no pueden diferenciarse.


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