martes, 29 de marzo de 2011

Perú 6 (2011) El frescor de las quebradas

Juvenil Ameerega altamazonica. C.M. Aguilar Gómez.
En la zona de estudio del mono tocón son dos las quebradas o arroyos que lo recorren, la que da nombre al área, Pucunucho, y otra llamada Manga Paquina. Una de las medidas de conservación que se pretenden, tras ver la importancia del área para el mono tocón, es garantizar un corredor de vegetación por una de estas quebradas de modo que este bosque no se quede aislado entre fincas cultivadas o roturadas para pastos y conecte con otras zonas boscosas. Así es que se está trabajando con los propietarios de los alrededores y hemos estado visitándoles varios días y tomando datos de los usos del suelo en el entorno de Pucuncucho. Para desplazarnos por la zona a veces utilizamos las propias quebradas, pues es más cómodo y sobre todo más fresco sobre todo algunas horas en que achicharra bien el sol.



Cascada "hormigonada" de toba. C.M. Aguilar Gómez.
Las aguas de estas quebradas tienen una muy alta concentración de carbonato cálcico hasta el punto de que precipita de una forma bien curiosa y masiva. Hay tramos del río que parece que están hormigonados, como si hubieran volcado un camión de cemento en medio del cauce.  Ese es el aspecto que da la toba caliza que precipitan entre los cantos rodados del lecho del rio. Donde esto es más exagerado es en las cascadas pues ahí el agua se lamina y se forma una gran chorrera  de toba que llega a formar incluso estalactitas en las partes bajas. Esta peculiaridad de los cauces hace que sean muy fáciles de andar, ya que las rocas tienen una pátina rugosa de toba y se puede andar bien sobre las piedras, a diferencia de los típicos cantos de río resbaladizos.



Potamites ecpleopus. César María Aguilar Gómez.
Estas quebradas llegaron a quedarse sin agua durante los  periodos de sequía los años en que la finca estaba dedicada a usos ganaderos. Sin embargo ahora han recuperado muy rápidamente unos caudales constantes. Este es, sobre todo, el punto fuerte en el que se basa la conservación de los bosques para la gente de aquí.  Sin bosques los arroyos pierden rápidamente su caudal, pero el proceso afortunadamente es reversible como aquí se ha demostrado. Los días que hemos recorridos las quebradas hemos podido ver en ellas unos pequeños camarones o cangrejos tipo quisquillas de hasta 3-4 cm bastante rápidas largándose en cuanto tratabas de acercarte. Pero lo fue una sorpresa para mi fue encontrar unos cangrejos tipo centollos o cangrejos de mar que salen solo por las noches. Los descubrimos uno de los días que se nos había acumulado el fregoteo de la comida para cena y bajamos a limpiar los platos de noche con la linterna frontal. Allí estaban sin que los hubiéramos visto ninguna vez durante el día. César consiguió hacerse con uno y esa noche pudimos comer marisco, y bien rico que estaba aunque tan repartido supo a bien poco. Fue la última noche en la zona… ¡de haberlo sabido antes!


Rhinella marina. Foto: César María Aguilar Gómez.
Un habitante de las quebradas que me sorprendió cambien encontrar fue una especie de lagartija “anfibia” que conseguimos coger. La primera que vi salto entre las rocas y acabó cruzando el cauce por el agua. Pensé que no le habría quedado más remedio que tirarse al agua huyendo, pero luego vi que eso era lo normal pues otra al rato volvió a hacer lo mismo sin inmutarse. La especie es Potamites ecpleopus, aunque eso lo he sabido después cuando otro voluntario de NPC, Nestor Allgas, me ayudó con la identificación de este tipo de bichos. Otros anfibios que vimos, estos ya verdaderos, fueron dos ejemplares de sapo tipo Bufo, eran de la especie Rhinella marina. Uno de ellos nos visitó varias noches en la zona donde comíamos, el otro era realmente tremendo con unas grandes parótidas y lo vi uno de los días de lluvia. También era normal por la noche y a primeras horas de la mañana oír unas ranitas pequeñitas con canto aflautado sobre la vegetación. Solo un día conseguí dar con una de ellas, eran de no más de cuatro centímetros  con unas manchas amarillas en las axilas de las patas posteriores. Luego he sabido que eran juveniles de las ranas venenosas Ameerega altamazonica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tus comentarios a las entradas siempre son bienvenidos, trataré de contestar a todos ellos.



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...